Seguimos repasando los encuentros en Lima ante los paraguayos y esta vez nos situamos en el Sudamericano de 1953, desarrollado nuevamente en nuestra capital. Esta era la segunda oportunidad que enfrentábamos a Paraguay como locales y la verdad no pasó nada desapercibida. Para empezar, dicho Sudamericano debió jugarse en Asunción, pero por carecer de un estadio adecuado se trasladó la sede a Lima, aunque la organización siguió siendo responsabilidad de los guaraníes. Tras caer derrotados frente a Bolivia, ganarle a Ecuador y empatar con Chile, el 08 de marzo del ´53 nos tocó enfrentar a los albirrojos y el gran protagonista sería el árbitro inglés Robert Maddison. El zaguero paraguayo Robustiano Maciel recordaba el partido así: "Nuestro equipo no podía jugar, nos cobraba de todo: faltas inexistentes, posiciones adelantadas, amenazas (que no entendíamos pero que por sus gestos suponíamos que nos iba a expulsar) a cada rato terminaron por ponernos nerviosos e impotentes". Perú ganaba 2-1 al promediar el encuentro. Gómez Sánchez y Toto Terry habían adelantado para los nuestros y Fernández descontó para la visita. Sobre los 35 del segundo tiempo, tomó la pelota el paragua Fernández en la mitad de la cancha. Amagó tocar sobre la derecha, pero enganchó por el lado opuesto, superando a Calderón. Con gran potencia superó a tres rivales más, y por último, al meta Asca. Con el arco en sus narices, el empate estaba logrado. Pero, ¡oh sorpresa!, el mister inglés sonó el silbato y cobró..."un peligro de gol, digo yo"...señalaba Maciel, quien recuerda que "un peruano se cayó, a raíz del amague y la gambeta, pero nada más". Protestaron los paraguayos. Milner Ayala, que estaba cerca del DT Fleitas Solich, se dirigió a él y le preguntó en guaraní: Mba´e jajapóta? (Qué vamos a hacer?) y el entrenador le dijo: "Tereho ejopy ichupe petei patáda (dale un puntapié) y Ayala, ni corto ni perezoso, corrió como 50 metros y, de una soberana patada, derribó al árbitro que, al reponerse, dio por terminado el partido. "Fue un desastre, desde las gradas llovían botellas de Vidú (una gaseosa muy popular en la época) y todo tipo de proyectiles. Los paraguayos nos parapetamos entre el alambrado y una muralla, pero la lluvia de piedras y botellas proseguía. En una de esas, "Arpa Forro" Arce, que era enorme, tomó una de las botellas y la lanzó a la tribuna provocando la estampida del público". Mientras tanto, el árbitro ya se había retirado, pero entre los presidentes de las ligas peruana y paraguaya lo convencieron de que volviera a terminar el partido, a pesar que ya se encontraba bañado y en ropa de calle. El juez dio pique sobre la línea de gol y salvaron los peruanos. "En un contragolpe se escapó Gómez Sánchez y ya entraba solo, frente a Noceda (que había reemplazado al meta Riquelme) pero pude recuperarme justo a tiempo para puntear la pelota y sacarla al córner, pero recibí tan tremenda patada, que no sólo salí de la cancha, sino que, por la gravedad de la lesión, tuve que ser repatriado a Asunción" recordaba Maciel. Sin embargo, sobre la hora, los paraguayos conseguirían el empate, aunque los tres puntos se quedarían con Perú. Que pasó? Pues con todo el lío, nadie se había percatado que los guaraníes habían hecho cuatro cambios, uno más de los permitidos. Recién dos días después del partido, el diario El Comercio hizo notar esta falta, por lo que los delegados se reunieron y resolvieron dar por ganador a Perú, a pesar que en el acta del encuentro no constaba la irregularidad. El Presidente de la Federación Paraguaya protestó y solicitó una reconsideración, pero sólo encontró el apoyo de Uruguay. Para culminar la historia, Milner Ayala fue suspendido por tres años para participar en torneos sudamericanos y prácticamente le cortaron la carrera. Regresó a River Plate de donde fue transferido al fútbol francés donde culminó su carrera deportiva. Un último dato, a pesar de la derrota en mesa, Paraguay terminaría alzándose con el título del Sudamericano.
Pese a la derrota ante Perú, los guaraníes se consagrarían campeones
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